Doce consejos para usar deportivas (sin hacer deporte) | Vanity Fair
Por ANABEL VÁZQUEZ | 10 de abril de 2014
Las zapatillas deportivas están de moda. Te presentamos algunos consejos imprescindibles para llevarlas por la calle como mandan los cánones de la primavera 2014:
1. Aleja las zapatillas de cualquier otra prenda deportiva si no vas a correr o jugar a tenis. Recuerda que estamos ante un ejercicio de descontextualización.
2. Repítete a ti mismo: “la zapatilla es el nuevo brogue, el nuevo mocasín, la nueva bailarina e incluso el nuevo tacón, pero no es el nuevo zapato de deporte”
3. Son compatibles con ir bien maquillada (ellas) o con americana (ellos). Es más, hay que trabajarse un aspecto entre informal y chic. Para lograrlo sería útil haber nacido en la rue de Bellechasse o, en su defecto, darse un garbeo por las calles de Paris donde todo el mundo lleva zapatillas de deporte y ninguno parece practicar deporte. No, no es fácil. Nadie ha dicho que lo sea.
4. Aléjalas también de cualquier traje de chaqueta que te haga parecer a Melanie Griffith en Armas de mujer. La nueva forma de llevar zapatillas tiene mucho de saturación del taconazo, pero sobre todo es una afirmación de moda; por tanto, no es un zapato sustitutivo de nada: es el protagonista.
5. ¿Con falda o con pantalón? Se falla menos con pantalón, pitillo o muy ancho, pero hay valientes que las llevan con falda, mejor corta que larga. Llevarlas con midi es de premio. Y esto nos lleva al siguiente punto.
6. Los tobillos. Ah, los tobillos. Los tobillos son el nuevo escote. Enseñar los tobillos es sexy y las zapatillas funcionan bien cuando hay unos centímetros entre el pantalón y la ropa.
7. ¿Calcetines? Este es terreno resbaladizo. Mejor, no. Como las bailarinas, hay que llevarlas con los pies descalzos. Admitimos esa ternura inconfesable llamada pinkies. En los hombres nunca con ese engendro llamado calcetín ejecutivo. Nunca jamás con calcetines deportivos. De nuevo, la descontextualización.
8. ¿Medias sí o no? Seguimos con los dramas del primer mundo. Nunca con medias transparentes en cualquier color. Es posible llevarlas con medias opacas negras e incluso que queden bien. El formato adecuado en este caso sería: minivestido negro+medias negras +zapatillas en contraste radical (blancas o multicolor) o negras, rematando la estética neoexistencialista.
9. ¿Son o no son normcore? Este es un jardín importante en el que no compensa adentrarse. El normcore promulga una moda sin ironía, sin acento en las tendencias, despojada de significados. El normcore, como todos podemos adivinar, es una moda más y, claro que se puede asumir con ironía. Llevar unas zapatillas tipo Superga forma parte del estilo neonormal que tanto defienden muchos, pero, en realidad, es toda una declaración de intenciones. Qué complicado es todo.
10. Y ahora, elijamos zapatillas. Esta es la madre del cordero. Pueden ser de un minimalismo ascético como las Stan Smith blancas de Adidas o unas sencillas Superga; también retrocoloristas como las New Balance 430 o unas Internationalist de Nike. No sirve cualquiera. ¿O sí? No. Claro que no. Las grandes marcas como Dior, Chanel, Givenchy, Lanvin o Kenzo (y las pequeñas) se han lanzado como posesas ha diseñar sus propias zapatillas. Mi consejo, que a nadie le interesa, es que sean de una marca de deporte. Ellas lo hacen mejor. Como mucho, aceptamos cobrandings como el de APC y Nike, Converse yMaison Martin Margiela o el de Adidas Originals y Opening Ceremony. Esta selección de la zapatilla idónea es una tarea importante a nivel de “dejar todo lo que tenemos entre manos y dedicarnos a ella”.
11. Me estoy agobiando con tantas reglas…No, la idea es que esta tendencia nos haga menos preocupados. En realidad, cualquier zapatilla, ya sean las de lentejuelas artesanales a precio de esmeraldas de Chanel o las New Balance gastadas que tenemos en el armario, sirven. Suelen quedar bien (esta temporada) con casi todo, además, eliminan la cara de tensión de los tacones y las pieles rígidas y nos convierten en criaturas andarinas y relajadas. La única regla es la descontextualización. Amigos, no perdamos este principio de vista y todo estará bien.
12. Me han invitado a una fiesta de relumbrón: ¿voy con zapatillas?. Tú no eres Carolina de Mónaco, ¿verdad? Pues eso.